Cuando los minutos dan horas, y las horas días.
Cuando mi vida a contrarreloj se desborda en un vaso de agua y me ahogo de aire.
Cuando siento que las palabras pasadas son como el alcohol para mis heridas, que rajan, escuecen y hacen llorar.
Cuando miro hacia atrás y empiezo a remar entre recuerdos.
Cuando escucho y todavía queda un eco en mi mente que hace despertar mi apatía.
Cuando el presente choca con el pasado y provoca terremotos en mi soledad.
Cuando al caminar tropiezo y arrastrándome empiezo a desplazar.
Cuando abro los ojos, cierro y vuelvo a abrir y no te veo a mi lado siento que el vacío que dejaste me abruma y me tira hacia atrás, en el mismo sitio en que me dejaste aparcada.
Por supuesto, esperándote.
Esperándote todo lo que haga falta, y mucho más.
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